lunes, 25 de agosto de 2014

Cómo evitar caídas de bebés de la cuna.

La cuna es un lugar muy seguro para que nuestro bebé descanse, pero hay que tomar una serie de precauciones que nos dan los especialistas para mantener totalmente a salvo a nuestro hijo y que no corra ningún peligro.

La separación entre los barrotes de la cuna no debe superar los 5 cm (2 pulgadas), de forma que la cabeza del bebé no quepa entre ellos y no pueda quedarse atrapado.

La baranda debe tener al menos unos 40 cm de altura cuando el bebé es pequeño y no puede trepar y unos 80 cm cuando ya es más grande para impedir que trepe y pueda caerse.

Cuidar que no hayan tornillos, esquinas o salientes peligrosos que puedan hacer daño al bebé.

El colchón debe ser duro para que el bebé no pueda hundir su cara en él con peligro de asfixia. Colocar las sábanas y las mantas de modo que lleguen a las axilas del bebé y éste no se escabulla hacia abajo y quede cubierto por ellas y pueda asfixiarse. Todas estas recomendaciones ayudan en gran parte a evitar el riesgo de muerte súbita del lactante

Hay que llevar mucho cuidado con las almohadas, almohadones, peluches grandes, mantas, etc., cualquier cosa con la que el bebé pueda cubrirse la cabeza y quedar atrapado con riesgo de asfixia. O bien, que el niño pueda usar para subirse y salir de la cuna pudiendo darse caídas peligrosas.

Con el fin de amortiguar posibles caídas, se debe colocar una alfombra justo debajo de la cuna, que sea lo suficientemente esponjosa como para amortiguar la caída.

No utilizar pinturas o materiales tóxicos para pintar la cuna, ya que el bebé puede chuparlos e intoxicarse.

Por último, cuando la cuna cuenta con ruedas, es recomendable bloquearlas.

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